Identificación de acaros y sus enemigos naturales
Esta guía pretende proporcionar al usuario unas claves para identificar los principales acaros económicamente dañinos para los cultivos y sus enemigos naturales. Se conocen numerosas especies de acaros de hábitos fitófagos que pueden causar daños a las plantas cultivadas en todo el mundo. Son de tamaño muy pequeño, de 0,1 a 0,5 mm. La observación, con lupa o binocular, de su forma, coloración, tamaño y movilidad, junto con los síntomas y daños que producen a las plantas sobre las que viven, permite reconocerlos e identificarlos de forma visual.
Los acaros se alimentan de las plantas gracias a un característico aparato bucal de tipo picador-chupador que clavan en los tejidos vegetales para extraer su savia. Ello da lugar a decoloración o amarilleo generalizado de las partes verdes de la planta. Las numerosas lesiones causan también desecación del tejido vegetal y marchitez. Algunas especies inyectan sustancias que alteran, a veces de forma muy acusada, los tejidos vegetales en desarrollo dando lugar a intensas deformaciones y agallas en los órganos de las plantas.
Los ácaros poseen una elevada capacidad reproductiva que tiene como consecuencia un incremento muy rápido de sus poblaciones, lo que les hace potencialmente muy destructivos.
Suelen vivir agrupados en colonias de cientos o miles de individuos y en condiciones ambientales favorables se multiplican con gran rapidez causando graves daños a los cultivos.
Algunas especies de ácaros son muy específicas viviendo solamente sobre una especie de planta. Es el caso, por ejemplo, de los ácaros eriófidos, a los que se puede identificar hasta el nivel de especie simplemente por el aspecto de los daños, agallas o deformaciones, a veces muy llamativos, que producen en las plantas donde se desarrollan. En otros casos son extremadamente polífagos, como la araña roja Tetranychus urticae, que se ha descrito causando daños en centenares de especies de plantas tanto cultivadas como espontáneas.