Guía para el cultivo de Rabano
El cultivo de rabano prospera bien en época fría y no crecen bien en los meses calurosos del verano. Los rábanos se cultivan por su raíz, la cual generalmente se come cruda, sola o en ensaladas. De dicha hortaliza se consume generalmente la raíz, aunque en países como Egipto se consumen las hojas, en la India se consumen sus vainas carnosas y en la China el aceite extraído de sus semillas.
El rábano es un alimento con un bajo aporte calórico gracias a su alto contenido en agua, su principal componente son los hidratos de carbono y la fibra, contiene vitamina C y folatos, los minerales más abundantes en su composición son el potasio y el yodo además contiene cantidades significativas de calcio y fósforo. El magnesio está presente, pero en menor proporción. La composición de los rábanos destaca la presencia de compuestos de azufre de acción antioxidante.
Prefiere los climas templados, teniendo en cuenta que hay que proteger al cultivo durante las épocas de elevadas temperaturas. El ciclo del cultivo depende de las condiciones climáticas, pudiendo encontrar desde 20 días a más de 70 días. La helada se produce a -2ºC. El desarrollo vegetativo tiene lugar entre los 6ºC y los 30ºC, el óptimo se encuentra entre 18-22ºC.
Se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere los suelos profundos, sueltos, de preferencia arenoso, neutros con un buen drenaje, pero que contenga un alto contenido de materia orgánica y capaz de retener abundante humedad necesaria para el rápido desarrollo del cultivo. El contenedor en que crecerán será una bolsa (de 35×35 o de 40×40) o un contenedor mayor a 20 centímetros de profundidad (maceta holandesa, cama de cultivo, entre otros). El pH debe oscilar entre 5,5 y 6,8. No tolera la salinidad.