Colecta de insectos
Los insectos constituyen una parte importante de la diversidad biológica, ya que de cada diez seres vivos, más de cinco son insectos, y de cada diez animales al menos siete son insectos. Tienen una larga historia biológica, ya que los fósiles más antiguos se conocen desde antes del Carbonífero, hace más de 300 millones de años. Consumen casi cualquier tipo de alimento, participan en un gran número de procesos ecológicos y tienen un gran impacto en la economía y salud del ser humano.
Desde que el hombre ha podido documentar su existencia, también ha manifestado su interés por los insectos, y hasta nuestros días éste persiste, ya que se siguen estudiando, aunque nuestro conocimiento sobre este grupo aún se considera reducido.
Un aspecto fundamental en el estudio de los insectos es poder observarlos con detalle, puesto que la mayoría son pequeños y sus características distintivas no son apreciadas adecuadamente sin la ayuda de un microscopio. Desafortunadamente para los insectos, es una necesidad sacrificar algunos organismos para su estudio, pero debemos cuestionarnos en qué grado se debe llevar a cabo la colecta de insectos.
Igualmente importante es el tratamiento que se de a los insectos colectados. Para ello debemos tener en cuenta que se han sacrificado algunos organismos y que es pertinente darles el mejor tratamiento o preservación posible, y así alcanzar el objetivo que nos llevó a la colecta de insectos, su estudio.
La finalidad de este trabajo es hacer accesible al público en general, y en especial a los estudiantes de biología que cursen materias de biología de animales, artrópodos, entomología o materias afines, las principales técnicas de colecta de insectos y su preservación, proporcionando ejemplos e ilustraciones, ya que no existe este tipo de información con un enfoque exclusivo para tal grupo, o se proporciona muy someramente y para grupos específicos. Además, se discuten las razones de la colecta y preservación, y la importancia de las colecciones entomológicas.
No es la intención de este trabajo promover la colecta de insectos, sino de hacerla cuando sea necesaria para alcanzar los fines de estudio que se persiguen, colectando y preservando a los organismos adecuadamente y de la mejor manera posible. Para el estudio de los insectos es necesario primero su identificación taxonómica y a partir de ella generar cualquier otro tipo de conocimiento, ya que sin ésta, todo lo que podamos decir de esa entidad quedará en el aire.
La identificación de los insectos es una labor difícil para la mayoría de los grupos, con excepción de aquellos grandes y exóticos, y requiere la revisión de estructuras específicas de su cuerpo con ayuda de microscopios. Un gran número de insectos que están desde hace muchos años en colecciones científicas no se han podido identificar a nivel de especie, debido al poco conocimiento que existe sobre ellos y a la falta de especialistas.
Si aun teniendo físicamente los organismos para su análisis en las colecciones no se han podido estudiar en lo básico, sería casi imposible hacerlo sin contar con ellos, por ejemplo, cuando se intenta su identificación mediante fotos, restos u observaciones de campo.
Ésta es la razón de mayor peso para colectar algunos ejemplares de insectos, situación muy diferente si se compara con cualquier grupo de vertebrados y algunos de plantas, donde el número de especies es mucho menor, son de mayor tamaño y se han estudiado a tal detalle (salvo algunas excepciones), que incluso existen guías de campo para la identificación a nivel de especie de muchas regiones del mundo y éstas son tan eficientes que no hacen necesaria la colecta de ejemplares.
