Relación Agua Suelo Planta Atmosfera (RASPA) y su importancia en la producción agrícola
El agua es el principal constituyente de los seres vivos, entre los que se encuentran las plantas, ocupando entre el 75% y 90% del tejido vegetal, según la especie. A la vez es indispensable para llevar adelante procesos vitales como la fotosíntesis, hidrólisis de sustancias, regulación de la turgencia, transporte de nutrientes y sustancias hormonales, regulación de la temperatura a través de la transpiración, etc.
Dado que la planta se encuentra anclada en el suelo y circundada por la atmósfera, es necesario comprender las relaciones entre el suelo, las plantas y la atmósfera como un sistema, donde el componente que participa en la interacción es principalmente el agua. La pérdida de agua desde las plantas hacia la atmósfera circundante es el proceso conocido como traspiración. Éste movimiento del agua está generado por las diferencias de potencial existente entre la hoja y la atmósfera, provocando un flujo de agua desde las zonas más concentradas hacia las zonas de menor concentración. La atmósfera, generalmente presenta escasez de agua mientras que ésta predomina en las plantas, generándose de esta manera el proceso transpiratorio.
El suelo es el depósito de almacenamiento de agua, aire y nutrientes desde donde las plantas los extraen. La capacidad de almacenamiento y la disponibilidad para las plantas depende de las cantidades existentes y de las características de cada suelo. Por lo tanto es necesario conocer cómo están constituidos los suelos y las fuerzas que actúan en la retención y movimiento del agua.
Desde el punto de vista agrícola, el suelo es un sistema complejo, dinámico y vivo, formado por una capa superficial, delgada, que se ubica sobre la litósfera y del cual depende el crecimiento de las plantas y la producción de alimentos, fibras, forrajes, madera, etc. Las propiedades del suelo se pueden mantener, empeorar o mejorar en función de variados procesos físicos, químicos y biológicos. El suelo cumple distintas funciones, entre las cuales se pueden mencionar:
- es medio de anclaje para las raíces;
- se comporta como “depósito” de agua para las plantas (gracias a su capacidad de retener la humedad y dejarla disponible para ser absorbida);
- es fuente de nutrientes principales;
- suministra oxígeno a las raíces;
- proporciona la temperatura adecuada para la germinación de las semillas y el crecimiento de las raíces.
La física del suelo es la parte de la ciencia del suelo que estudia de las propiedades físicas y de los procesos de transporte de materia y/o energía que ocurren en él (Narro Farías, E. 1994). Entre las propiedades físicas del suelo de mayor importancia para la agricultura se encuentran: textura, estructura, porosidad, el movimiento del agua, del aire, de solutos y la transmisión del calor.
El presente material enfoca su atención a los conceptos básicos de la física de los suelos en relación al movimiento del agua (RASPA), dentro del marco general del estudio de la relación agua-sueloplanta en condiciones de la agricultura de regadío.
Tener nociones básicas de física del suelo y de la relación agua-suelo-planta (RASPA) es necesario para:
- conocer los procesos físicos del suelo y sus efectos sobre el desarrollo de las plantas;
- aprender a manejar el suelo y el agua en relación con los requerimientos de los cultivos;
- analizar cambios en las propiedades en función de la influencia del ambiente y las prácticas agrícolas;
- seleccionar el tipo de riego y definir el manejo del mismo;
- establecer medidas de recuperación de suelos afectados por salinidad, sodicidad o capas freáticas poco profundas;
- diseñar prácticas de conservación de suelos y agua.
1 comentario
Excelente articulo.