Estoma, regulador de la transpiración de las plantas
Durante la fotosíntesis, las plantas adquieren el dióxido de carbono necesario y devuelven el oxígeno producido a la atmósfera. Las aberturas en la epidermis de las hojas de las plantas son el lugar de este intercambio de gases. Una sola abertura se llama estoma, que deriva de la palabra griega que significa «boca». Los estomas se abren y cierran en respuesta a una variedad de señales ambientales.
Cada estoma está flanqueado por dos células de protección especializadas que crean una abertura cuando estas células absorben agua. El transporte de iones regula la cantidad de agua en las células de guarda. Cuando se activan, las bombas trasladan los iones de hidrógeno fuera de la celda de protección. Esta hiperpolarización de la membrana hace que los canales de potasio activados por voltaje se abran y permitan que los solutos, como los iones de potasio y la sacarosa, entren en las células de guarda.
La mayor concentración de solutos impulsa el agua hacia las células de guarda, que se acumula en la vacuola. Como resultado, las células de protección se arquean y deforman en forma de riñón, creando la abertura de los estomas. Cuando los solutos abandonan las celdas de protección, sigue el agua, lo que provoca la contracción de la celda de protección y el cierre de la abertura.
Una variedad de señales ambientales e internas desencadenan la apertura de los estomas. Por ejemplo, la luz azul activa receptores sensibles a la luz en la superficie celular que inician una cascada molecular que conduce a la apertura de los estomas. Además, cuando la concentración de dióxido de carbono cae dentro del tejido de la hoja, se induce la apertura de los estomas para que las células puedan acceder a este reactivo crítico de la fotosíntesis.
La pérdida de vapor de agua es fundamental para el establecimiento de la atracción transpiratoria: el agua se evapora en la superficie de las células del mesófilo; y escapa a la atmósfera a través de los estomas abiertos. La pérdida de agua crea una atracción transpiratoria que extrae agua adicional del suelo hacia las raíces y hasta las hojas.
Cuando no se dispone de suficiente agua, como en condiciones de sequía, los estomas se cierran. La hormona ácido abscísico (ABA) es importante en este proceso; se une a los receptores en las membranas de las células protectoras y aumenta la concentración de soluto intracelular. ABA también es importante en el control circadiano de la apertura de los estomas; lo que hace que se abran más estomas a la luz del día y se cierren en la oscuridad.