Los bioestimulantes agrícolas o vegetales son aditivos biológicos o de origen biológico y productos similares que se utilizan en la producción de cultivos para complementar y mejorar las prácticas agrícolas y los insumos agrícolas existentes. Podrían lograr esto:
- Ayudando a mejorar la eficiencia en el uso de nutrientes
- Ayudar a las plantas a tolerar el estrés abiótico como el calor, el frío, la sequía y el exceso de agua
- Ayudar a mejorar los atributos de calidad como el contenido nutricional, la apariencia y la vida útil
Los términos «bioestimulantes de plantas» y «bioestimulantes agrícolas» abarcan un grupo diverso de tecnologías de productos, incluidos inoculantes bacterianos o microbianos, materiales bioquímicos, aminoácidos, ácidos húmicos, ácidos fúlvicos, extractos de algas marinas y más.
Los bioestimulantes agrícolas hacen referencia a un concepto muy amplio, ya que se tratan de sustancias y/o microorganismos cuya función es estimular los procesos naturales que mejoran la absorción y asimilación de nutrientes, tratar el estrés abiótico o mejorar algunas de sus características agronómicas.
Definición de bioestimulantes agricolas
Aunque la categoría de bioestimulantes de plantas está creciendo rápidamente, no existe un marco regulatorio acordado o una definición legal para los bioestimulantes agrícolas en los Estados Unidos.
El Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) ha utilizado diversas definiciones para analizar los bioestimulantes de plantas. En la Ley Agrícola de 2018, definen los bioestimulantes vegetales como:
» Una sustancia o microorganismo que, cuando se aplica a las semillas, las plantas o la rizosfera, estimula los procesos naturales para mejorar o beneficiar la absorción de nutrientes, la eficiencia de los nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico o la calidad y el rendimiento de los cultivos «.
En el Informe del USDA de 2019 sobre bioestimulantes de plantas, proporcionan dos definiciones alternativas:
» Una sustancia natural, su equivalente derivado sintéticamente, o un microbio que se utiliza con el propósito de estimular los procesos naturales en las plantas o en el suelo para, entre otras cosas: mejorar la eficiencia del uso de nutrientes y/o agua por parte de las plantas, ayudar las plantas toleran el estrés abiótico, o mejoran las características del suelo como medio para el crecimiento de las plantas.Las características pueden ser físicas, químicas y/o biológicas.El bioestimulante vegetal puede usarse solo o en combinación con otras sustancias o microbios para esto. propósito «.
– O -» Sustancia(s), microorganismo(s) o mezclas de los mismos que, cuando se aplican a semillas, plantas, la rizosfera, el suelo u otros medios de crecimiento, actúan para apoyar los procesos de nutrición natural de una planta independientemente del contenido de nutrientes del bioestimulante. La planta Por lo tanto, el bioestimulante mejora la disponibilidad de nutrientes, la absorción o la eficiencia del uso, la tolerancia al estrés abiótico y el consiguiente crecimiento, desarrollo, calidad o rendimiento «.
Europa ha sido líder en el desarrollo de una definición y un marco regulatorio y legislativo para los bioestimulantes agrícolas. Los bioestimulantes de plantas se definen dentro del Reglamento de Productos Fertilizantes (FPR) de la UE que entró en vigor en julio de 2019 como:
» Un producto que estimula los procesos de nutrición vegetal independientemente del contenido de nutrientes del producto con el único objetivo de mejorar una o más de las siguientes características de la planta o la rizosfera vegetal:
– Eficiencia en el uso de nutrientes
– Tolerancia al estrés abiótico
– Rasgos de calidad
Disponibilidad de nutrientes confinados en suelo o rizosfera
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La principal diferencia entre los bioestimulantes y los fertilizantes es que, mientras estos últimos aportan nutrientes a las plantas, la función de los primeros es mejorar los mecanismos de absorción de los nutrientes y su eficiencia, además de favorecer la tolerancia frente al estrés abiótico, que son todos aquellos factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos de las plantas, afectando a su desarrollo.
Pero sin duda lo más importante es que la utilización de bioestimulantes agrícolas propicia un menor uso de fertilizantes, lo cual contribuye al cumplimiento de uno de los principales objetivos de la estrategia de la UE “De la granja a la mesa”: reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20 % para el 2030.
Tipos de biofertilizantes agrícolas
Pese a tratarse de un producto muy novedoso, existe una clasificación de los bioestimulantes agrícolas con un cierto nivel de consenso entre expertos y científicos:
- Ácidos húmicos y fúlvicos. Forman parte de la materia orgánica del suelo y su origen es totalmente natural.
- Aminoácidos y mezclas de péptidos. Se obtienen a partir de la hidrólisis química o enzimática de proteínas de procedencia diversa: residuos de cultivos, colágenos y tejidos epiteliales de origen animal, etc.
- Extractos de algas y plantas. Usados desde hace mucho tiempo como fertilizantes, recientemente se han descubierto sus propiedades como bioestimulantes.
- Quitosanos y otros biopolímeros. Pueden producirse tanto de forma natural como industrial, teniendo un abanico de usos muy amplio y variado: alimentación, cosmética, medicina y también como biofertilizantes.
- Compuestos inorgánicos. Este grupo engloba a diversos elementos químicos, como el aluminio, el cobalto o el sodio que, en las cantidades adecuadas, producen efectos beneficiosos, como el reforzamiento de las paredes celulares o la defensa frente a patógenos.
- Hongos y bacterias beneficiosas. Aunque muchos de ellos provocan todo tipo de daños y enfermedades, algunos tipos de hongos y bacterias son positivos para las plantas, ya que les aportan nutrientes e incrementan la eficiencia en su absorción.
Fuentes: