Manual para diminuir desperdicios y perdida de alimentos
Por perdida de alimentos se entiende la disminución de la masa de comestibles para consumo humano en cualquier punto de la cadena productiva, ya sea durante la producción, post cosecha, almacenamiento y transporte, conjuntamente con los desperdicios que se producen durante la distribución y consumo, por el comportamiento de vendedores mayoristas y minoristas, servicios de venta de comida y consumidores que desechan alimentos que aún tienen valor.
Las pérdidas y desperdicios, ya sean intencionales o accidentales, no sólo llevan a una menor disponibilidad de alimentos para el consumo humano, sino que además conducen a un detrimento de recursos tales como suelo, nutrientes, agua, energía, insumos, maquinaria, combustibles, mano de obra, infraestructura, envases, materiales de embalaje, refrigeración, medios de transporte.
En términos de superficie utilizada, a nivel mundial se utilizan unos 1.400 millones de hectáreas para producir alimentos que no llegarán a ser consumidos, superficie equivalente a la de Canadá e India juntos, lo que además produce emisiones innecesarias de CO2, contribuyendo así al calentamiento global y al cambio climático.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los alimentos producidos en el mundo al año se desperdicia antes de llegar a los consumidores (1.300 millones de toneladas), y un 6% de las pérdidas se producen en América Latina y el Caribe. Esta cifra bastaría para alimentar 10 veces el total de personas que sufren de hambre en esta región.