Guía técnica del cultivo de clavel
El cultivo de clavel ocupa en la actualidad un lugar muy destacado, en todo el mundo, como planta para la producción de flor cortada. Junto a sus excelentes características de belleza, posee cualidades que le hacen especialmente apto para su comercialización; duración de la flor una vez cortada, resistencia al embalaje y transporte, posibilidad de poder producir flores durante todo el año, etc.
El clavel pertenece a la familia de las Cariofiláceas, género Dianthus, que reúne alrededor de 250 especies, distinguiéndose de entre ellas el Dianthus caryophyllus por su aprovechamiento para flor cortada.
Es una planta vivaz, por lo que puede vivir durante varios años en el terreno, de tallo herbáceo con nudos muy pronunciados; las hojas son opuestas y paralelinervias.
El clavel es exigente en suelos. Los prefiere que sean sueltos, porosos y que faciliten la penetración y el normal desarrollo del sistema radicular. Es importantísimo un buen drenaje para evitar encharcamientos, que favorecen el desarrollo de enfermedades criptogámicas y la asfixia radicular, a la vez que disminuye la acumulación de altas concentraciones de sales en el suelo, que podrian llegar a ser tóxicas para el clavel. Prefiere terrenos cuyo pH oscile entre 6,5 y 7.