El cultivo de cártamo es considerado y manejado en muchas ocasiones, como un cultivo rústico, ya que presenta dentro de sus ventajas un requerimiento relativamente bajo de agua, es tolerante a la salinidad y sodicidad en el suelo y frecuentemente se le utiliza en siembras de humedad residual para aprovechar gran parte de la humedad que queda en el terreno después de algún cultivo que ha demandado una alta lamina de riego, como es el caso de la rotación de siembra de cártamo después del arroz, es muy común también efectuar la siembra de cártamo en bolsas hechas para la captación de humedad después de las precipitaciones o en la derivación de algún arroyo.
Manejo Agronómico del Cultivo de Cártamo
El cártamo es una planta oleaginosa conocida también como alazor, azafrán bastardo, azafrancillo, azafrán romí, kusum, honghua y safflower. El nombre del género Carthamus en Árabe se refiere al color rojizo del colorante vegetal que se usaba en alimentos o para colorear telas y otros objetos, y el de la especie tinctorius se refiere a teñir o colorear. El colorante está constituido básicamente por ácido cartamínico y por inocartamina.
Los centros de mayor diversidad genética de esta especie se encuentran en Etiopía y la India. Se considera que es uno de los cultivos más antiguos, ya que su semilla se ha encontrado en tumbas de Egipto de más de 4000 años de antigüedad y su uso fue reportado en China hace aproximadamente 2200 años.
A nivel mundial, la India es el país de mayor producción de cártamo con 36.5%, pero la mayor parte de su producción es para consumo interno. El segundo país productor es Estados Unidos de América con 22.8% y México con 15.6%, es el tercer productor.
El cultivo de cártamo posee fortalezas como bajos requerimientos de agua, siendo una planta rustica con pocos problemas de plagas, enfermedades, así como poco sensible a situaciones extremas tanto en bajas como altas temperaturas.