Cuajado y de desarrollo de los frutos cítricos
La transición de flor a fruto en desarrollo se denomina cuajado. En los cítricos, el cuajado se puede producir de un modo sexual, a través de la fecundación, o de un modo asexual, a través de la partenocarpia. La flor es hermafrodita y presenta entre 20 y 40 estambres y un ovario con 10-12 carpelos y varios óvulos en cada uno. Algunas variedades presentan autocompatibilidad y precisan de la polinización y la fecundación para que se produzca el cuajado. Otras, sin embargo, presentan autoincampatibilidad, y son capaces de desarrollar el ovario sin que se produzca la fecundación. En ambos casos, la síntesis de giberelinas, bien en las semillas, bien en las paredes del ovario, constituye el estímulo necesario para iniciar el desarrollo del fruto.
La disponibilidad de carbohidratos resulta esencial para satisfacer la demanda energética del ovario durante el cuajado.
La función biológica de la flor consiste en albergar los procesos de reproducción sexual que las plantas desarrollan para perpetuar la especie. Durante la polinización, el grano de polen es transportado hasta el estigma, donde germina, emite el tubo polínico que desciende por el estilo, penetra en el ovario y llega hasta el óvulo al que fecunda. Tras la fecundación, la flor se convierte en fruto, que se encarga de proteger y facilitar la diseminación de la (s) semilla (s) formada (s) hasta la germinación de una nueva planta. Numerosos factores internos y externos influyen en este proceso, algunos de los cuales son, todavía, poco conocidos.
Existen varios agentes capaces de transportar el polen de unas flores a otras, pero el tipo de polinización depende, en gran medida, de las características físicas del polen. En el caso de los cítricos el polen es pesado, viscoso y adherente, característico de la polinización a través de insectos o entomófila. Las abejas (Apis mellifera) son el principal agente polinizador de estas especies, representando más del 90 % de los vectores polinizadores.
Cuando un pistilo es polinizado por el polen de la misma planta o de otra planta genéticamente idéntica recibe el nombre de autopolinización; si, además, se produce la fecundación, ésta de denomina autofecundación. Cuando el polen procede de otra planta genéticamente distinta la polinización es cruzada y en el caso de que tenga lugar la fecundación se denomina, también, cruzada.