Mas que una bóveda que conserva semillas para el fin del mundo – como se escucha hablar de ella-, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en Texcoco, es el hogar del banco de germoplasma que custodia la diversidad de maíz y trigo más grande del mundo. Durante 50 años, el CIMMYT ha trabajado para cumplir una misión: investigar para superar los complejos retos socio-ambientales que enfrenta el futuro de la agricultura. Hoy en día más del 70% del trigo que se siembra en los países en desarrollo y más del 50% de las variedades mejoradas de maíz se derivan de los materiales de mejoramiento del CIMMYT. Basta de un buen abrigo para soportar la temperatura de -1 °C de la cámara de conservación y asombrarse con miles de contenedores y empaques de semillas en perfecto orden; 27 mil colecciones de semilla de maíz y 150 mil de trigo para ser exactos.
¿Cuál es la insistencia de los científicos del CIMMYT de generar líneas mejoradas de maíz y trigo ?
El objetivo principal es la adaptación para todo el mundo. El CIMMYT explica que estos alimentos tienen que cambiar características que se adapten a ambientes tropicales, valles altos, para soportar sequías, plagas, condiciones de estrés e incluso para ventajas económicas, como es el caso del cuitlacoche, ya que no cualquier maíz se presta para la aparición de este hongo comestible.
Este centro surgió de un programa piloto de investigación científica patrocinado por el gobierno de México y la Fundación Rockefeller en las décadas de 1940 y 1950 con el objetivo de elevar la productividad agrícola en México.
Bram Govaerts, ahora actual Representante de CIMMYT en América, cuenta que Norman Borlaug, considerado por muchos el padre de la agricultura moderna, junto con investigadores y agricultores mexicanos, desarrolló variedades de trigo robustas, de tallo corto, resistentes a las royas (enfermedades) y que producían más grano que las variedades tradicionales, las cuales solían tener el tallo a la altura del hombro del hombre promedio y no soportaba ni su propio peso.
Después de que fueron mejoradas y seleccionadas en diversos sitios de México, las variedades fueron adaptadas a diversas condiciones climáticas. Esas variedades ayudaron a México a lograr su autosuficiencia en trigo en los años 1950 y fueron importadas a India y a Pakistán en la década de los 60.
Estos hechos produjeron la adopción generalizada de variedades mejoradas y prácticas agronómicas, un movimiento al que se conoce como la Revolución Verde.