Tipos de boquillas para «fumigar», asperjar o pulverizar en cultivos agricolas
Las boquillas son los elementos fundamentales que influyen en la uniformidad de la distribución, tamaño de las gotas, uniformidad de dicho tamaño en el tiempo a lo largo de todo tratamiento, etc. Las funciones que desarrollan las boquillas son:
- Romper la vena líquida que circula por los conductos y convertirla en gotas de pequeño tamaño.
- Limitar la cantidad de líquido que sale según la presión que le suministran los equipos de bombeo.
- Imprimir al chorro de gotas una determinada dirección y forma que será en función del tipo de boquilla utilizada.
Las boquillas se montan sobre lanzas o barras distribuidoras, y en los atomizadores se disponen periféricamente respecto al ventilador que se encarga de impulsar y transportar las gotas. Las tipos de boquillas controlan:
- El líquido vertido y, en consecuencia, la dosis.
- La calidad de la distribución.
- El tamaño de gota y la cobertura.
- La distribución sobre el objetivo.
- El grado de retención de las gotas.
- El grado de deriva y pérdidas al suelo.
Los diferentes tipos de boquillas se desgastan con su uso, lo que afecta a la formación y distribución de las gotas, por lo que es necesario comprobar frecuentemente su estado y reemplazar aquellas que estén desgastadas. La elección correcta del tipo y calibre de la boquilla asegura el mejor resultado biológico, teniendo en cuenta la deriva, la capacidad del equipo – que influye en el rendimiento diario en campo – y la velocidad de avance.
Contenido general del documento tecnico sobre tipos de boquillas:
- Boquillas de abanico, chorro plano o ranura. El orificio de estas boquillas tiene forma de ranura, y la pulverización se consigue al chocar dos láminas de fluido. El chorro proyectado es un chorro cónico muy aplastado, tiene forma de abanico o pincel, con menor número de gotas en los extremos que el en centro. Realizan una pulverización bastante eficaz y una penetración bastante aceptable. No precisan de gran presión de trabajo: 1,5-4 kg/cm2.
- Boquillas de turbulencia o de chorro cónico. El elemento fundamental de estas boquillas es el disco con perforaciones oblicuas que provocará que el líquido siga una trayectoria circular en el interior de la cámara de turbulencia. Este movimiento se mantiene después de salir por el orificio circular de la placa de pulverización. Por ello, la proyección será un cono en el espacio, mientras que el suelo será un anillo. Son las más empleadas y precisan de una presión de trabajo de 3-5 kg/cm2. Son muy utilizadas en cultivos leñosos. Pueden ser de cono lleno o de cono hueco
- Boquillas deflectoras, de choque o espejo. El líquido sale a través de un orificio de pequeña dimensión; frente a él se encuentra una superficie inclinada contra la que choca el chorro, rompiéndose en infinidad de gotas que salen proyectadas con un gran ángulo de abertura hacia el suelo. La presión de trabajo se sitúa entre 0,5 y 2 kg/cm2.
- Boquillas de tres agujeros o chorros múltiples. Está constituida por una placa perforada con un orificio sobre el que se coloca un cuerpo de plástico con tres o más perforaciones sobre una circunferencia que tiene su centro en línea con el orificio de la placa. Salen tres chorros idénticos con una sucesión de gotas gruesas y cuyo impacto sobre el suelo produce una distribución aceptable para la aplicación de abonos líquidos; estos pequeños chorros reducen el riesgo de quemadura por efecto de los abonos nitrogenados. Las presiones de trabajo están entre 1 y 3 bar sin riesgo de obstrucción, incluso con productos densos. No son apropiadas para la aplicación de productos fitosanitarios
- Tipos de Boquillas recomendadas según sus aplicaciones.